jueves, 4 de agosto de 2011

TEMORES Y EXPECTATIVAS

La prensa puertorriqueña se ha hecho eco recientemente de dos noticias relacionadas con los viajes a Cuba. Una de ellas tuvo como protagonista a Enrique Cruz, Presidente de Impulso al Desarrollo Económico del Oeste, quien apeló a la posible competencia que generaría la apertura del mercado cubano al turismo norteamericano para convocar al Gobierno de Puerto Rico para que apoye el desarrollo turístico del oeste de la isla.


Muchos, como el señor Cruz, han manifestado sus preocupaciones y temores por el impacto que le pudiera provocar a Puerto Rico el acceso de los norteamericanos al mercado turístico cubano, incluso, algunos han mencionado que los impactos pudieran ser devastadores y sus razones no les faltan si tenemos en cuenta el potencial de Cuba y el pobre dinamismo que ha manifestado el sector en Puerto Rico en los últimos 20 años. Pero si analizamos en profundidad ambos modelos de turismo podemos darnos cuenta que los efectos adversos, en términos de la cantidad de turistas norteamericanos que Cuba podría sustraerle a Puerto Rico, no serían de gran envergadura porque ambos modelos son bien diferentes y una de las diferencias es que la Isla del Encanto recibe una población turística que en proporción significativa es cautiva, es decir, que no dejará de venir aunque Cuba sea una opción. Donde yo visualizo el posible mayor impacto negativo es en los paradores que se nutren básicamente del turismo doméstico. Cuba podrá atraer al turista puertorriqueño el cual dejaría de visitar los paradores y con ello asestar un duro golpe a esas hospederías, aquejadas desde hace mucho tiempo por los bajos índices de ocupación de sus habitaciones. Y en este sentido, las preocupaciones del señor Cruz por el desarrollo turístico del oeste de la isla son muy legítimas.


La otra noticia fue el anuncio de la compañía C&T Charters de sus planes de iniciar en octubre vuelos entre San Juan y Cuba con una frecuencia de dos semanales. En estas mismas páginas había manifestado anteriormente que si bien era muy positiva la autorización otorgada al aeropuerto Luis Muñoz Marín de San Juan para desarrollar vuelos hacia Cuba ya que posibilitaría que puertorriqueños amparados en las excepciones existentes puedan moverse entre ambos territorios, no sé si a un costo relativamente inferior pero con ahorro de tiempo, en vuelos contratados con propósitos particulares, ponía en duda la posibilidad de que se puedan desarrollar con rentabilidad vuelos con frecuencia regular por no contarse con un volumen de viajeros suficientes para tal objetivo.


Las medidas liberalizadoras implementadas por el gobierno de Obama permiten ampliar el número de ciudadanos norteamericanos que pueden visitar Cuba pero bajo ciertas condiciones, manteniéndose totalmente restringidos los viajes para propósitos puramente vacacionales. Los más beneficiados con la nueva política del gobierno de Estados Unidos son los cubanos-americanos que si pueden viajar sin restricciones a Cuba, pero con los años, esta comunidad en Puerto Rico ha ido disminuyendo.


Frente a ese escenario, ¿cómo se pueden explicar los planes de C&T Charters?. ¿Será que la compañía se estará posesionando en un mercado que apunta ser promisorio tan pronto se derriben las barreras que impiden el libre flujo de viajeros hacia Cuba?, ¿o habrá equivocado la interpretación del alcance de la política liberalizadora de la administración norteamericana, que la lleve a promocionar viajes no autorizados por la ley, como ya ocurrió con una agencia de viaje que fue amonestada por el Departamento del Tesoro?.


Soy un fiel partidario del levantamiento de todas las restricciones que impiden el libre flujo de viajeros en ambas direcciones, pero mientras esto no ocurra, hay que proteger las concesiones logradas de los posibles abusos que se puedan cometer, porque ello daría argumento a los que en las esferas del poder en Washington quieren revertir lo existente.