miércoles, 17 de octubre de 2012

LA ACTUALIZACION DE LA POLITICA MIGRATORIA CUBANA

El término “actualización” se ha puesto de moda en el discurso político cubano como antítesis de reforma, restructuración, de cambio sistémico, profundo. Y de nuevo se ha hecho honor al uso del vocablo con las modificaciones introducidas en la política migratoria cubana.
 
Ciertamente se ha flexibilizado la política migratoria: se otorgó flexibilidad a los cubanos residentes en la isla a viajar al exterior, lo cual es positivo, pero manteniéndose las restricciones de siempre para los profesionales y técnicos. Nada cambió tampoco para los cubanos residentes en el exterior quienes tienen que seguir sometiéndose a la concesión de un permiso y a las abusivas cargas financieras asociadas a los trámites para visitar su país de origen.
 
En esencia, la nueva política migratoria no resolvió el problema de fondo: reconocer el derecho de todo ciudadano a entrar y a salir de su país y residir fuera de forma permanente o temporal por el tiempo que estimen.
 
El editorial del periódico Granma justificó la persistencia de las restricciones a viajar de los profesionales y técnicos por la política de “robo de cerebros” que alienta Washington con al Ley de Ajuste Cubano y otras disposiciones administrativas colaterales como el programa especial de visas a profesionales de la salud cubanos.
 
Es cierto que esa ley y demás disposiciones migratorias son excepcionales y facilitan la emigración e inserción de los cubanos en la sociedad norteamericana, pero no es la razón por la cual cientos de miles hayan abandonado su patria y otros sueñan con hacerlo. Porque países como España, República Dominicana, México y otros no tienen políticas migratorias concesionales para los cubanos y hoy en día son plazas receptoras de importantes flujos de ciudadanos de la isla que han ido en aumento desde los años 90. Por lo que las razones que impulsan a muchos “cerebros” de Cuba a emigrar hay que encontrarlas en el interior de la sociedad cubana, en lo que el proyecto socialista fue incapaz de ofrecerles y garantizarles.
 
Hay otro pasaje del editorial que es realmente insultante cuando plantea que “la política migratoria de Cuba, a lo largo de todos estos años de Revolución, se ha basado en el reconocimiento del derecho de los ciudadanos a viajar, a emigrar o residir en el extranjero.” Durante todos sus años la Revolución lo que ha hecho es penalizar el deseo de emigrar con la confiscación de propiedades, la retención en territorio cubano de hijos menores y otros familiares y la obligación de pagar onerosos costos por todos los trámites migratorios tanto para salir como para visitar la isla.
 
También se pretendió justificar el que los cambios no fueran más abarcadores por la hostilidad norteamericana hacia la isla. Hay muchas formas de defenderse de la hostilidad del poderoso vecino del norte, pero jamás puede ser violando el derecho universal a viajar y a decidir con entera libertad donde vivir.