domingo, 18 de enero de 2009

LA PRENSA, OBAMA Y FIDEL

Es realmente abrumadora la cobertura de prensa sobre Barack Obama, tan abrumadora que por momentos me cansa por lo repetitivo de los análisis y temas que cubre. Se inició desde que él se convirtiera en algo así como un wildcard de la contienda primarista demócrata y se ha intensificado en estos últimos días en víspera de su toma de posesión como Presidente de los Estados Unidos. Y no es para menos: primer afronorteamericano que llega a la presidencia y que con su verbo, manejo de las tribunas y personalidad contagió a millones norteamericanos con la esperanza de que el país marchará por mejores rumbos en el futuro venidero.

De acuerdo a la situación y prioridades existentes en cada territorio, así han sido los temas más enfocados. En Puerto Rico, por ejemplo, la prensa ha trabajado mucho los posibles beneficios que obtendría la isla de los programas de ayuda económica que Obama ha anunciado que implementará; en Miami el énfasis ha sido el análisis de la posible política que él podría seguir con respecto a Cuba.

La unión de las esperanzas surgidas en sectores de la población norteamericana con el enamoramiento de los medios masivos de comunicación ha hecho ya de Obama un ícono de la política norteamericana, aún antes de que enfrente los retos del poder. Y los retos que tiene por delante son colosales: la crisis económica más intensa desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado, una nueva erupción en la crisis del Medio Oriente, la situación de Irak y Afganistán y sobre todo el poder satisfacer las expectativas creadas en la masa de votante que lo catapultó a la Casa Blanca. Precisamente, estos retos harán que Obama siga siendo un objetivo preferente de la mass media. No le perderán pie ni pisada. Reportarán y evaluarán todo lo que haga y deje de hacer; lo subirán y lo dejarán caer con mucha frecuencia. Así es la prensa, no puede ser de otra forma.

Lo de Obama me recuerda el tratamiento que la prensa mundial le ha dado a Fidel. No se puede negar que Fidel cautivó a los medios masivos desde aquella famosa entrevista que dio en la Sierra Maestra al periodista Hebert Matthews y publicada en el New York Times el 24 de febrero de 1957. Desde el triunfo de la revolución la prensa lo ha monitoreado constantemente, lo ha seguido por doquier, lo ha evaluado, lo ha ensalzado y lo ha crucificado. Cientos de miles de páginas y horas de transmisiones televisivas y radiales se han empleado para cubrir todo lo que ha acontecido en torno a su figura emblemática. Muchos periodistas y medios de prensa han obtenido buenos ratings por realizar entrevistas del líder de la Revolución Cubana. Fidel ha aportado lo suyo para esa permanente atención a su persona. Más allá de su incuestionable carisma y de sus decisiones políticas, que siempre han sido imanes de atracción para el interés periodístico, él ha sabido manejar y manipular a ciertos medios para enviar mensajes en momentos particulares y también para hacer campañas de relaciones públicas en relación con su imagen.

Ahora que hay muchos rumores sobre el estado de salud de Fidel, que se especula que ha empeorado, que incluso, algunos dicen que murió, me pregunto: ¿cómo tratará la prensa su deceso?. ¿Qué evaluación hará de su vida y obra?. ¿La cobertura de ese suceso será tan abrumadora como la recibida hasta el momento por Obama?.

1 comentario:

Dr. Mathews dijo...

G.
Pienso que con Obama coinciden por lo menos dos aspectos sobresalientes que explican su exito: uno interno y otro externo (a el). Primero, es el arquetipo de politico por excelencia. Este es el aspecto interno. Mira como derroto a la maquinaria clintonesca y luego paso a conquistar la presidencia (aunque desde mi punto de vista, Clinton fue la contrincante mas fuerte y dificil de derrotar que el eje McCain/Palin).

El segundo aspecto sobresaliente (externo) se explica por medio del famoso refran norteamericano "follow the money". Fijate en la cantidad de dinero que logro reunir Obama ...y no estoy hablando de los pequenos contribuyentes de las organizaciones populares sino de las grandes corporaciones. Ante la crisis economica y la debacle de Bush, los grandes poderes deben haber previsto la necesidad de jugar la carta "populista" y "demografica" para adormecer la impetuosidad de las masas. Los capitalistas no son estupidos (a pesar de lo que hicieron los de Wall Street); saben salvaguardar sus intereses y no dejar que la situacion popular se descontrole de tal forma que termine en una "revolucion".

Con relacion a Don Fidel Castro, ayi tu eres el experto. Yo escribi algo acerca de su otono e inminente invierno aqui.