miércoles, 7 de mayo de 2014

LA EXPORTACION DE PROFESIONALES CUBANOS

La exportación de profesionales cubanos es una actividad de la cual se benefician todos los factores envueltos: el país que los recibe, el gobierno cubano y el profesional que participa. Mi interés fue conocer los beneficios que reciben esos profesionales y las condiciones en que se produce dicha participación.

El referente inmediato son las misiones a Venezuela, primer país donde Cuba comenzó a practicar en gran escala esta nueva forma de cooperación, que está dirigida mayormente al área médica.
Las misiones a Venezuela son por un período de 2 años y en algunos casos se puede extender hasta 3 años y ciertamente han ayudado a diversificar el acceso de divisas en la población cubana. En el país suramericano al profesional se le paga un salario de $5,600 Bolívares (unos $890 USD) mensuales y el que devenga en Cuba se le entrega integro a un familiar que designe, además se le deposita en una cuenta aparte la cantidad de $180 CUC mensualmente (unos $190 USD). Es decir, que por dos años de trabajo el cooperante acumula unos $4,320 USD ($108,000 CUP), cantidad que puede ser mayor ya que él o ella tienen la opción de diferir parte del salario que recibe en Venezuela para que se lo depositen en la cuenta de CUC.

Antes los colaboradores en Venezuela tenían como beneficio adicional el de llevar a Cuba, al terminar su misión, medio contenedor de carga que se usaba fundamentalmente para transportar equipos eléctricos y electrodomésticos. Ello se eliminó y ahora solo tienen el derecho de llevar 40 kilogramos en cada vacaciones y al terminar su contrato. Se le ofreció como alternativa enviar carga adicional a través de una agencia especializada y un familiar en Cuba paga el importe del envío en CUC.
La exportación de profesionales a Venezuela sigue el mismo patrón que las misiones a Haití, Bolivia y más reciente a Brasil: son fruto de convenios intergubernamentales e implica el envío masivo de personal en períodos planificados. Pero hay otras misiones como a países africanos, del Medio Oriente e incluso al Caribe Inglés que son producto de un acuerdo tácito entre los gobiernos pero no implica el movimiento de gran cantidad de personal ni por períodos específicos. Por general, son misiones más lucrativas (pueden representar para el profesional cubano hasta más de $1,000 USD mensuales de salario) y no tienen restricciones con relación a la cantidad de carga que puede llevar de regreso.

Estas colaboraciones se instrumentan de la siguiente forma: los gobiernos interesados en determinados especialistas lo solicitan a una empresa de contratación cubana quien tiene un banco de talentos que se ha nutrido a partir de  la inscripción voluntaria de los profesionales  o especialistas. Se envían aquellos que cumplen con los requisitos exigidos por la parte solicitante, donde el criterio del idioma es decisivo, y por supuesto también hay envuelto una buena dosis de “amiguismo o sociolismo” en la selección.
Se ha establecido que un profesional que haya tenido una misión de la catalogada como “difícil” (Venezuela, Haití, Bolivia y Brasil) tiene derecho a una misión llamada “de compensación” (más lucrativa).

Pude recoger entre mis interlocutores la preocupación por la situación en Venezuela y lo que significaría para Cuba la pérdida de ese valioso aliado económico. La preocupación está focalizada en el impacto energético (hay temor a la vuelta de los apagones de los años 90) y la pérdida de esa fuente de ingresos para muchas familias cubanas, porque por muy centralizada que esté la selección de los posibles cooperantes y los muchos criterios que puedan existir hay más posibilidades de ir al país suramericano que ser enviado a Angola o a los Emiratos Arabes Unidos.

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